Las etapas de la formación para las candidatas como Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, se orientan a acompañarlas en el descubrimiento y respuesta a su llamado bautismal a ser discípulas en el Reino de Dios. Conscientes de ser portadoras del Carisma recibido de la Fundadora, Madre Clelia Merloni.
La joven que sienta la invitación de Jesús a decirle “SI” como Apóstol de su Sagrado Corazón, inicia su camino como pre postulante. Este periodo inicial se llama “pre postulantado” porque precede la admisión oficial al Postulantado: el primer periodo de la formación inicial prescripto por las Constituciones. Es un tiempo para que la candidata y la comunidad aprendan más una de la otra. La Congregación recibe con alegría a las jóvenes que expresen el deseo de discernir la posibilidad de un llamado a la vida religiosa. Se ofrece el acompañamiento espiritual a aquellas que la Congregación siente que están preparadas para iniciar este camino.
El Postulantado es la primera etapa de la formación, establecida por las Constituciones. Es un periodo de crecimiento humano y espiritual en el cual la candidata, atraída por el amor de Jesús y por la belleza del don total de sí misma a seguir el Evangelio, busca crecer en su vocación y amistad con el Señor. Es un tiempo en que ambos – candidata y Congregación – pueden comprobar la autenticidad de la vocación a la vida religiosa en la Congregación de las Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús. El objetivo principal de esta etapa es de conducir a la candidata a una creciente y equilibrada madurez, que le permita hacer una elección libre y responsable por Cristo, de acuerdo al carisma de Madre Clelia Merloni.
El noviciado es un tiempo de iniciación a la formación en la vida que Jesús abrazó y propuso en el Evangelio. Está organizada de manera que las novicias sean más capaces de tomar conciencia de su vocación religiosa, a experimentar el estilo de vida propuesto por la Congregación y a ser formadas en el carisma. Esta etapa de la formación apunta a dar a la novicia la oportunidad de conocer y experimentar la belleza y las exigencias de la vida consagrada a través de la interiorización de los Consejos Evangélicos de Castidad, Pobreza y Obediencia. El Noviciado busca también, iniciar a la joven en un itinerario de una cada vez más profunda experiencia de Dios, de manera que pueda ser un signo visible de la amorosa presencia de Cristo en el mundo.
El Juniorado, la última etapa de la formación inicial de las Apóstoles, coincide con el periodo de los Votos temporales y normalmente tiene una duración entre los cinco y nueve años. La hermana que es juniora continúa internalizando los valores ya aprendidos e integrando su formación humana y espiritual con la preparación cultural y profesional además de la experiencia apostólica. Este periodo de la formación tiene como objetivo preparar a la hermana de Votos temporales para el don total de si misma a Dios mediante la profesión en perpetuo como Apóstol del Sagrado Corazón de Jesús. Ella está llamada a ser:
Mientras que las primeras etapas de la formación se realizan, generalmente, en el país de origen de las candidatas, el programa del Juniorado puede realizarse en Roma, Italia en la Casa General.
La formación permanente es una parte importante de la vida de una religiosa consagrada. Cada Hermana está llamada a usar los recursos disponibles por parte de la Iglesia y de la Congregación para su crecimiento espiritual, intelectual, personal y en el crecimiento de una profunda comprensión del Carisma.